Eraserhead es una película escrita, producida, dirigida y editada por David Lynch en 1977, con Jack Nance en el papel del protagonista Henry Spencer.
No es una película fácil, me ha puesto verdaderamente a prueba, debo decir que en otras circunstancias no la habría visto completa y no creo que la vuelva a ver, lo que en todo caso no seria necesario porque no se me va a olvidar, quedó grabada en mi memoria. He podido reconocer las características del universo lynchiano fácilmente, además de porque ya estaba advertida, porque ésta es su primera película, su primera incursión en esta forma de expresión que para él presentaba posibilidades adicionales, posibilidades que no le permitía la pintura. La película partió de la idea que tuvo Lynch de utilizar una cabeza humana para hacer borradores para lápices, a partir de ahí fue desarrollando las imágenes.
Como primera característica, la estructura en espiral resalta claramente, la relación con los sueños es inmediata, puede parecer hasta tosca, por ser tan brusco el cambio entre escenas: cuando aparece la chica del radiador, el señor de la roca espacial que maneja las palancas, cuando Henry se asoma a la ventana y ve una pelea. Hubo escenas que me parecieron absurdamente
cómicas, por ejemplo cuando Henry está en casa de Lucy (el objeto de su afecto) sentado a la mesa para cenar y el pollito (¿por qué sería tan pequeño?) empieza a chorrear líquido (tal vez sangre o tal vez salsa) y la madre gime durante todo el tiempo que del pollo emana la “salsa,” o cuando le pone la ensalada encima a la abuela y la utiliza para mezclar; o cuando, también la madre, empieza a ¿morder, chupar, succionar? el cuello de Henry.
De sus muchas características, las texturas juegan un papel importante para Lynch (ha dicho que la textura de la carne en descomposición le parece increíble) a través de ellas busca transmitir la sensación de estar palpando una superficie específica (sinestesia táctil) En esta película me pareció más resaltante esta característica con respecto al “bebé,”
cuyo cuerpo es baboso y sudoroso, cuando se enferma está prácticamente pudriéndose y cuando Henry lo abre y le clava las tijeras emana de él una sustancia esponjosa y purulenta; en ese último momento me dio mucho asco, es decir que experimenté perfectamente la sensación que Lynch quería transmitir. Hay otros momentos de este tipo, que me asquearon, en el film: cuando la chica del radiador está pisando las “lombrices” (no estoy segura de qué eran esas cosas, en un momento pensé que eran pequeñas columnas vertebrales con cerebritos, aunque también podrían ser larvas) y cuando Henry las está sacando de su cama (¿es su esposa la que las está produciendo?) y las arroja contra la pared.
Lo que más me gustó fue el personaje de Henry, sentí empatía hacia él, pobre que no entendía nada de lo que sucedía a su alrededor pero aún así lo aceptaba porque de algún modo el mundo en el que vivía era así. Aparentemente, es una constante la excentricidad en los personajes de Lynch. Henry se conformaba con pequeñas cosas y parecía muy ingenuo y sensible; todo el tiempo que estuvo solo con el “bebé” en la habitación pensé que el monstruito lo iba a atacar, es decir, temía por él. Esto también es característico de las películas de Lynch, las atmósferas opresivas, inseguras y perturbadoras. Sí me pareció que la película tiene un final feliz, Henry mató a la criaturita asquerosa, creo que el hombre de la roca espacial también muere y la chica del radiador lo recibe con un abrazo como si siempre lo hubiese estado esperando.
Antes del final definitivo, se da la escena de la que Lynch imaginó la película; la cabeza de Henry es utilizada para producir borradores. Por un momento pensé que ese era el final de la película, después de que hacen la prueba del borrador y sacuden los restos de la mesa, en ese momento para mí había terminado. De hecho, me hubiese gustado más esa conclusión. Pero con las escenas siguientes se redondea la película. Menos mal que mata a la criaturita. Tengo la sensación de que Henry percibía a la chica del radiador, porque siempre se quedaba contemplándolo. Me parece que ella representa la luz, lo agradable, de lo que carecía el entorno de Henry; por su sonrisa, la blancura de su pelo, su canción y al final a través de ella encuentra la liberación.
Esta es mi interpretación; como ya dije, no la volvería a ver, porque la sensación particular que quiere transmitir esta película no me agradó, prefiero las de otro tipo. Es preciso que continúe mi camino de experimentación lynchiano para observar la evolución que ha tenido a través de los años, la que le ha dado la experiencia.
5 comentarios:
Gracias, ya no quiero ver la pelicula, tampoco la del hombre elefante, que mal rollo.
Es tu decisión, tu te lo pierdes, es interesante marv.
Lo cierto es que Lynch esta loco yo no veria una pelicula de El ni porque me paguen
Gladys, que su visión sea diferente no quiere decir que este loco. Seguro que alguna de sus películas te gustaría :) Prima la desprogramación.
No se trata de vision se trata de descomposicion mental para imaginarse algo tan absurdo y macrabro hay que estar enfermo definitivamente
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